jueves, 14 de marzo de 2013

El ladrón de sueños



            No había dormido bien aquella noche, al despertar se encontraba cansado y un tanto irascible. No tenia ganas de desayunar y se tomo un café sólo. Al salir a la calle el día le pareció más gris que de costumbre. En el trabajo todo le pareció preocupaciones. Las noches y los días se sucedieron y cada vez dormía peor y comía menos.
            Un día después del trabajo, al llegar a casa, en el rellano de la escalera, se encontró al nuevo vecino. Al estrecharle la mano sintió un escalofrío y se mareó. Aquella noche fue peor aún, daba vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Se vistió, cogió el coche  y se dirigió a la montaña a una vieja casita de la familia. Se echo en la cama aun vestido y se durmió profundamente. Al despertar, bajo hasta el pueblo para desayunar, estaba muy hambriento como si no hubiera comido en días. En el mesón del pueblo se sentó a la mesa y engullo plato tras plato, con la mirada incrédula del mesonero. Intentó disculparse por su comportamiento diciendo que llevaba días sin poder dormir y casi sin comer, que no sabía que le ocurría. Una anciana que estaba sentada al calor de la chimenea le dijo sin mirarlo:
            ─Eso es porque el ladrón de sueños vive cerca de ti y no parara hasta que se haga con todos tus sueños.
            ─¿Cómo dice?
            ─No te pasa nada, solo que te están robando tus sueños y te estas quedando sin esperanza, por eso lo ves todo gris. Los ladrones de sueños, son personas amables que se acercan con las mejores intenciones y se alimentan de tus sueños, anhelos y esperanzas. Huye de gente así.

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