martes, 15 de enero de 2013

Identidad




Dejó abandonado el coche en la cuneta, semioculto en la maleza. Recogió una mochila del maletero y se introdujo en el bosque. Caminó durante todo el día sin un rumbo fijo, al llegar la tarde se detuvo bajo un enorme roble. Estuvo meditando durante unos minutos y después saco un revolver  de la mochila, amartilló el arma y agarrándola con fuerza se la introdujo en la boca. Jadeaba con fuerza y buscando la entereza suficiente para apretar el gatillo, miro al cielo. Allí en lo alto del árbol, encontró el cuerpo sin vida de un paracaidista. El cuerpo se encontraba en los huesos y la ropa eran jirones.  Trepó hasta donde se encontraba y solo falto un pequeño tirón para que las cuerdas desgastadas dejaran caer el cadáver. Una vez en el suelo, buscó en sus bolsillos hasta dar con su cartera. El carné de identidad muestra el rostro del paracaidista, un hombre corriente. Como él. Cambia su carné por el del fallecido y prosigue su camino.

Continuara...

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