viernes, 25 de enero de 2013

Sin playa




            Recuerdo los veranos en la ciudad con calles vacías y un calor sofocante. Pero  del pan con chocolate, al grito de “niños a cenar”, había transcurrido un suspiro, en el cual habíamos viajado de la luna, a la isla del tesoro y de mosqueteros a cowboy en bicicleta.

            ¡Pero como refrescan las olas de la imaginación!

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