Se miró al espejo y no se
reconoció, el trabajo le había cambiado. No recordaba cuando se había dejado
seducir por el poder y el dinero. No recordaba cuando le había dado la espalda
a sus sueños. Pensó que aun tenía tiempo para retomar aquellos pensamientos de
juventud. Se afeitó y tomó un café que se bebió de pié en la cocina. Recogió su
maletín, se subió a su exclusivo coche y antes de arrancar se dijo:
─Hoy tengo
una reunión muy importante, mañana lo aré.
Por desgracia eso suele pasar!!
ResponderEliminarEva