domingo, 3 de febrero de 2013

Hastío




Aquella higuera había dejado de dar frutos. Aunque sus hojas eran verdes y frondosas, aquel verano no dio absolutamente nada. Se había cansado, año tras año, de dar los mejores higos de toda la comarca. Nunca nadie después de satisfacer su apetito, la elogió.  

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