Todas
las noches se quedaba dormida con “La
Isla del Tesoro”. Les pidió insistentemente a los Reyes Magos un loro para
que le acompañara en sus aventuras por los mares del sur. Pero año, tras años
su sueño se fue apagando. Un verano, pasando sus vacaciones en la playa, vio
algo flotando cerca de la orilla. Sin pensárselo dos veces se lanzó a por él.
Con asombro recogió una vieja botella recubierta de molusco que llevaba adheridos
y la saco hasta la arena mientras su corazón palpitaba de emoción. Miro al
trasluz y descubrió que en su interior había un pergamino enrollado. Corrió
para compartir su hallazgo con sus padres, pero al verla llegar con la vieja
botella su madre le dijo.
─¡Niña,
tira eso! ¡Te vayas a cortar!
─¡Hay un
mensaje!
Su
padre se levanto y le quitó la botella y la lanzó de nuevo al agua.
─No
has oído a tú madre. ¡Vamos, recoger que es hora de irnos!
Se
quedo en silencio, con la impotencia de una niña de diez años y comenzó a
recoger el cubo, la pala y el rastrillo. Pero Neptuno quiso devolverle lo que
era suyo y una ola empujo la botella hasta sus pies. Con disimulo miro a sus
padre y cuando estos no prestaban atención, la enrolló con la toalla.
Pasaron
semanas antes de atreverse a descorchar la botella, en su interior un mapa y un
texto que no supo descifrar. Se deshizo de la botella por miedo a que sus
padres la encontraran y escondió el mapa entre sus libros. Todas las noches
observaba el mapa y leía las palabras que para ella carecían de significado...
Hay algunos que me quedo con las ganas de que sigan... JA!!
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