miércoles, 13 de febrero de 2013

Ínsula





            Todas las noches se quedaba dormida con “La Isla del Tesoro”. Les pidió insistentemente a los Reyes Magos un loro para que le acompañara en sus aventuras por los mares del sur. Pero año, tras años su sueño se fue apagando. Un verano, pasando sus vacaciones en la playa, vio algo flotando cerca de la orilla. Sin pensárselo dos veces se lanzó a por él. Con asombro recogió una vieja botella recubierta de molusco que llevaba adheridos y la saco hasta la arena mientras su corazón palpitaba de emoción. Miro al trasluz y descubrió que en su interior había un pergamino enrollado. Corrió para compartir su hallazgo con sus padres, pero al verla llegar con la vieja botella su madre le dijo.
            ─¡Niña, tira eso! ¡Te vayas a cortar!
─¡Hay un mensaje!
            Su padre se levanto y le quitó la botella y la lanzó de nuevo al agua.
            ─No has oído a tú madre. ¡Vamos, recoger que es hora de irnos!
            Se quedo en silencio, con la impotencia de una niña de diez años y comenzó a recoger el cubo, la pala y el rastrillo. Pero Neptuno quiso devolverle lo que era suyo y una ola empujo la botella hasta sus pies. Con disimulo miro a sus padre y cuando estos no prestaban atención, la enrolló con la toalla.
            Pasaron semanas antes de atreverse a descorchar la botella, en su interior un mapa y un texto que no supo descifrar. Se deshizo de la botella por miedo a que sus padres la encontraran y escondió el mapa entre sus libros. Todas las noches observaba el mapa y leía las palabras que para ella carecían de significado...

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